gueto.
Del it. ghetto.
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Judería marginada dentro de una ciudad.
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Barrio o suburbio en que viven personas marginadas por el resto de la sociedad.
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Situación o condición marginal en que vive un pueblo, una clase social o un grupo de personas.
Fuente: RAE
Es curiosa la discusión que se da con respecto a catalogar de «gueto vertical» a los flamantes edificios de Estación Central que entraron en la polémica por el ex candidato presidencial y hoy Intendente de la RM Claudio Orrego.
No son pocos los actores involucrados: la Municipalidad, que quiere ver crecer a su comuna y sus arcas; la Intendencia, que –aleluya– está velando por el desarrollo armonioso de la región/capital; los inversionistas, que ven en estos departamentos la posibilidad de hacer un buen negocio (nota: soy uno de esos, pero no en estos dptos); los propietarios que viven en esos departamentos y los miles de arrendatarios, que ven como se estigmatiza su vivienda y el omnipotente mercado, que fluyendo sin control nos deja con este problema.
¿Cómo llegamos a este punto, donde los que viven ahí están «felices» de hacerlo mientras que para los expectadores nos parece aberrante? Felices de la casa propia, de vivir cerca del metro, de tener un hogar, de hacer fila en el ascensor para subir al piso 42. Es que la alternativa al gueto vertical es vivir, primero, lejos, y quizás no con mucho más espacio. Porque Santiago es hoy un imán descontrolado para provincianos y extranjeros, que terminamos acá por el poco desarrollo estratégico que tienen nuestras regiones. Si estuviésemos entre ceja y ceja de Kim Jong-un, con un misil de cortísimo alcance nos haría bolsa.
Es terrible que aceptemos vivir así, pero mientras no se aborde con seriedad la descentralización en Chile, vamos a tener que acostumbrarnos. Porque si Estación Central fuese una comuna con un plano regulador como debiera ser, encargándose de un crecimiento sustentable y armonioso, toda esa gente también estaría en Santiago, y el problema cambiaría de comuna o se manifestaría de otras formas como en 2 horas de viaje al trabajo, cosa que no es extraña ya para millones de capitalinos.
Imágen: Guetos verticales comerciales en llamas