Cómo me ahorré USD 65 al año construyendo un App

Quizás USD 65 al año no es tanto, pero ese no es el punto.

Hace un par de meses me cambié de trabajo y como todo cambio, te da una oportunidad para hacer cosas de un modo distinto a como uno las ha venido haciendo antes.

Uno de esos cambios, o adiciones en este caso, es el de lo que yo llamo ‘tocar base’. Sí, un poco agringado el término: tocar base se refiere a mantenerte en contacto con personas de tu red: amigos, familia, ex-colegas o con quien quieras generar y desarrollar un vínculo. Para un montón de gente esto es algo súper cotidiano y muchos no requieren más que el sentido común para mantenerse en el radar de ciertas personas, sin embargo, para otros, no nos es tan fácil, a menos de que lo estructuremos.

Así que me puse manos a la obra y armé una lista de ex colegas con quienes quiero estar al día y la agregué como tarea a Things, la app que uso para mis to dos, y que si operas en el ecosistema Apple, recomiendo con ganas. La lista hizo lo suyo pero claro, con limitaciones: al poco rato me di cuenta de que si quería ser metódico con esto, Things se iba a quedar corto en algunos detalles, como en llevar notas de las conversaciones o definir frecuencias distintas de comunicación para distintas personas, por lo que me puse a buscar apps desarrolladas para esto. Y como las buenas ideas no tienen dueño, rápidamente encontré varias que hacían esta pega (con mas o menos esteroides) como Garden, Contact Journal y Revere, pero oops: para tener las funcionalidades completas, había una suscripción de por medio. Garden es gratis pero muy básica (no soporta diferentes frecuencias de comunicación entre contactos y la información sólo estaba disponible en mi teléfono); Contact Journal por su parte, por sincronización entre múltiples dispositivos pedía una suscripción anual de $35.900 (USD 49), mientras que Revere cobraba $44.400 (USD 65) por tener el feature premium de organizar a las personas por grupos y por tener sincronización entre dispositivos.

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Google, Amazon, Facebook y las fondas

Esta semana, al menos tres gigantes tech como Google, Amazon y Facebook anunciaron que sus equipos volverían al «trabajo presencial» el 2021, mientras que la municipalidad de Ñuñoa anunció que las tradicionales fondas del Estadio Nacional, serán suspendidas este año.

¿Y qué tiene que ver una cosa con la otra? Una decisión, que si bien se puede o no compartir, te permite planificar. Y es que en estos tiempos de incertidumbre, un fondero que espera cada año por Septiembre, sabe que no habrá Septiembre ahora en Mayo, tiempo esperaría suficiente, para articular un plan b.

¿Volver a la oficina? ¿abrir las tiendas? ¿lanzar un producto? Las organizaciones tienen hoy legítimas y gigantes dudas sobre qué hacer, pero una cosa es clara: lo principal es la salud de sus equipos. Si el trabajo remoto ya ha demostrado funcionar hasta para el mas escéptico, ¿por qué no disminuir una de las incertidumbres, como la de volver o no a la oficina, posponiendo la decisión para alguna fecha razonable y no dejarlo en algo incierto por resolver semana a semana? No es fácil, sin duda. Pero algo de certeza en este -alerta de cliché- mar de incertidumbre, viene bien.

Los fonderos en esta pasada nos dan una lección, aunque probablemente a su pesar.

Foto: Fonda del gran papá de mi amiga Mirna, en Concepción.

¿Importa mucho quién será presidente?

Chile. 27 años viviendo en democracia. 5 presidentes, uno ya fallecido y sepultado con honores de estadista. Ad portas de la elección del séptimo período presidencial el próximo domingo. ¿Y qué tenemos como candidatos? Una fauna diversa, un país con espacio para que existan visiones tan divergentes en una misma papeleta como las de Artés y Kast. Sin una democracia madura e instituciones que funcionen no podríamos llegar a darnos este lujo de candidatos.

¿Importa mucho quién será presidente? Eh, cada vez menos en mi opinión. Usted podrá estar en completo desacuerdo conmigo, aduciendo que nos encontramos en una elección clave para el futuro del país, en donde nos definiremos entre uno solidario o uno que se preocupa del éxito sin importar cómo se obtuvo. Eh. Ese argumento me suena a un discurso familiar, anacrónico y más cercano a meter miedo -algo transversal a casi todas las propuestas. Cero cercano al debate de ideas país, ideas que en esta campaña presidencial se han notado por su ausencia.

A pesar de eso, sigue importando votar. Basta sólo con mirar a los ¿arrepentidos? votantes de Trump. Y aunque la diferencia entre los candidatos se cada vez mas difusa en el sentido de que todos los que compiten mas que competir por promocionar una visión de país particular lo hacen por administrar el poder del estado y apitutarse, hay sutilezas que hacen la diferencia. Importa manifestarse. Votar nulo y blanco son opciones igual de válidas como todas.

Este domingo voy a marcar por Carolina Goic, pero quiero aclarar que es un voto por ella y no por el partido que la respalda. Su figura política me parece atractiva por un par de cosas que me son importantes: el discurso de la ética en la política, foco en la educación técnica y la descentralización. No es una candidatura que me represente 100%, pero estoy convencido de que es un nuevo aire para la política y que necesitamos mas perfiles como el de Carolina en la política local.

Soy uno de esos viudos por segunda vez. Primero Bielsa y ahora Lagos. La Nueva Mayoría y su intento de replicar con Guiller el éxito que tuvieron trayendo a Bachelet de vuelta luego de los -es verdad- impresionantes números en las encuestas, ha sido un tremendo fracaso que va a generar coletazos en los sectores progresistas al perder la elección. La DC por fuera, un PC con las riendas de La Moneda y un Frente Amplio que crece pero que tiene una prueba de supervivencia a costa de los mismos votantes van a tener que ponerse de acuerdo en 24 horas si quieren construir una propuesta decente y aglutinadora. Basta ya del argumento de ‘detener a Piñera’.

Suerte.

Imágen: Cinturón de Orión desde Pisco Elqui.

Guetos, descentralizacion y mercado

gueto.
Del it. ghetto.

  1. Judería marginada dentro de una ciudad.

  2. Barrio o suburbio en que viven personas marginadas por el resto de la sociedad.

  3. Situación o condición marginal en que vive un pueblo, una clase social o un grupo de personas.

Fuente: RAE

Es curiosa la discusión que se da con respecto a catalogar de «gueto vertical» a los flamantes edificios de Estación Central que entraron en la polémica por el ex candidato presidencial y hoy Intendente de la RM Claudio Orrego.

No son pocos los actores involucrados: la Municipalidad, que quiere ver crecer a su comuna y sus arcas; la Intendencia, que –aleluya– está velando por el desarrollo armonioso de la región/capital; los inversionistas, que ven en estos departamentos la posibilidad de hacer un buen negocio (nota: soy uno de esos, pero no en estos dptos); los propietarios que viven en esos departamentos y los miles de arrendatarios, que ven como se estigmatiza su vivienda y el omnipotente mercado, que fluyendo sin control nos deja con este problema.

¿Cómo llegamos a este punto, donde los que viven ahí están «felices» de hacerlo mientras que para los expectadores nos parece aberrante? Felices de la casa propia, de vivir cerca del metro, de tener un hogar, de hacer fila en el ascensor para subir al piso 42. Es que la alternativa al gueto vertical es vivir, primero, lejos, y quizás no con mucho más espacio. Porque Santiago es hoy un imán descontrolado para provincianos y extranjeros, que terminamos acá por el poco desarrollo estratégico que tienen nuestras regiones. Si estuviésemos entre ceja y ceja de Kim Jong-un, con un misil de cortísimo alcance nos haría bolsa.

Es terrible que aceptemos vivir así, pero mientras no se aborde con seriedad la descentralización en Chile, vamos a tener que acostumbrarnos. Porque si Estación Central fuese una comuna con un plano regulador como debiera ser, encargándose de un crecimiento sustentable y armonioso, toda esa gente también estaría en Santiago, y el problema cambiaría de comuna o se manifestaría de otras formas como en 2 horas de viaje al trabajo, cosa que no es extraña ya para millones de capitalinos.

Imágen: Guetos verticales comerciales en llamas

Talcahuano - Concepción

El último censo

¿Debería serlo, no?

Hoy, en Chile, el 84% de la población tiene acceso a la red. Hace años tenemos mas teléfonos inteligentes que chilenos. No estar en la red es bastante difícil, sin embargo, aún hay muchos que no tienen como. ¿Que se podría hacer algo? Por supuesto. Un censo híbrido para partir (algunos responden online, otros presencial), para llegar a uno 100% digital en la próxima instancia. En 10 años más, muy definitivamente el acceso a la red no debería ser un problema, y si lo sigue siendo estamos haciendo algo muy mal.

50 mil millones de pesos (USD 74,5 MM) es el estimado de costo del censo 2017. Como referencia, el Teatro Pencopolitano que está enconstrucción en Concepción, tiene un costo estimado de 18 mil millones. No es sólo eso: un día feriado extra en el ámbito económico mueve la aguja. Las escuelas que sirven como base para los censistas no tendrán clases ni lunes ni martes, además del miércoles del censo. Tres días menos de educación justo para los niños que más lo requieren. Y ojo que este año también tendremos elecciones primarias y presidenciales. Hoy, tener un día feriado para contestar una encuesta es un lujo que espero que estemos preparándonos para no caer más en él.

Un censo 100% digital no tendría por qué ser algo que hacemos cada 10 años. Con un id único de ciudadano (hola RUT, hola SII) bastaría para que nosotros, que tenemos como deber participar, hacerlo y manifestarnos no sólo en datos demográficos sino que incluso con nuestra opinión de las leyes que se están fraguando en el congreso. La democracía con la ayuda de la tecnología va a tener varios desafíos para mantenerse en el formato representativo, más aún con  todas las ganas que se ven en la calle de participar.

Imágen: Concepción y Talcahuano desde un LAN, o quizás un SKY.

Ingeniero, ciudadano y estudiante. Soñador.