Tengo este libro desde el 2010, de cuando probablemente salió a la venta, y lo habré tomado unas 3 o 4 veces para animarme y leerlo sin pasar mas allá de un par de capítulos, hasta que por fin superé mis miedos. Es que es denso, Eco-denso, en términos de la cantidad de lugares, personajes, modismos en francés, latín o italiano, que una vez que decidí que obviaría ciertas (varias) cosas, pude llegar a disfrutarlo.
El Capitán Simonini y el cura Dalla Piccola son los villanos perfectos. Falsificadores, asesinos, conspiradores, conocedores del bajo mundo (siempre saben a quién llamar para algún trabajito), unidos por un diario y un pasillo en una calle de París. Dalla Piccola y Simonini son dos caras de la misma moneda. Perfectos, en el sentido que llegas a querer que les resulte todo, a pesar de saber que sus intereses no son los mas correctos.
Misas negra, venenos y ritos satanicos, sutilezas en cada párrafo. Puede llegar a ser un poco brutal en cuanto a como trata a ciertas religiones, pero con un criterio formado esto no debería ser mayor tema.
Ya llegará el tiempo de superar el terror que le tengo al Péndulo de Foucault, que es mas denso y con muchas mas referencias que este. Dejarse llevar y disfrutar es la clave después que te acuerdas que Umberto Eco está a otro nivel.
Hoy asistí a una de las conversaciones de Pensamiento Propio. Recién me enteré el domingo vía El Mercurio de esta serie de conversaciones, y al ver que en el Centro de Extensión de la UC estarían Cristián Warnken con Carlos Peña como invitado, no tomó un segundo extra en convertirse en el panorama perfecto para un lunes por la tarde.
Auspiciado por BHP Billiton, estos ciclos se vienen realizando anualmente desde hace 14 años y siempre han sido liderados por Warnken. Yo recién me entero, pero en buena hora.
Más de dos horas de conversación intensa, pero en que ambos expositores trataron de ser lo más didácticos posible con temas filosóficos duros, pero aterrizados a la contingencia. Era gracioso cuando Peña cada cierto tanto decía cosas como «se entiende, ¿cierto?» o «seguro que ustedes -dirigiéndose a la audiencia de más de 750 personas- leyeron a tal o cuál autor/ensayo o libro». Sí, claro.
Dejo algunos garabatos algunas reflexiones sobre uno que otro de los puntos abordados que logré -a la rápida- atajar. Sin duda, participar de esta conversación me permitió darme cuenta que uno está lejos de estar solo con sus preguntas existenciales. El año pasado, Peña publicó Ideas de Perfil, una colección de ensayos recopilatorio de sus filósofos favoritos que puede ser un buen lugar para partir descubriendo.
Mis notas:
Las personas se ven afectadas por «el mal del infinito»: la insatisfacción entre sus deseos y la posibilidad cierta de concretarlos, o el mal manejo de las expectativas.
La política ha sido secuestrada por los técnicos, dónde las elecciones se reducen a elegir qué facción de la élite te va a gobernar. Esto, en el entendido de que la política es un sinsentido porque las reglas ya existen (¿dónde?), sólo que estamos trabajando en descubrirlas, pero que una vez que lo tengamos claro, ya no será necesario deliberar sobre ella.
Hoy la clase alta -que siempre tuvo acceso al consumo- ve éste como algo de mal gusto, mientras que los que recién tienen acceso a él, están cegados y engolosinados. La visión de izquierda ve lo negativo del consumo en la aversión al crédito. La paradoja del consumo.
Según Peña el movimiento estudiantil no es un fenómeno político, sino que es el reflejo de una expectativa no cumplida. La generación actual esperaba de la educación lo que se entregaba hace 40 años, dónde tener un título profesional casi se trataba de un título nobiliario. Hoy pasó a ser algo masivo. Generacionalmente están llegando tarde. Una alta expectativa que al no materializarse genera una alta frustración. La Modernidad y su dualidad: nos da acceso a todo y a nada a la vez.
La Universidad no es una factoría de profesionales, o no debería serlo. Debería preocuparse de pensar en cómo seguimos evolucionando como sociedad, sin embargo, se han transformado en una máquina con sus propios KPIs que destruyen su concepción original.
La sociedad de la información no tiene foco porque la información es tan abundante que encandila.
Si tenemos un gobierno que hace un diagnóstico en el discurso del 21 de Mayo diciendo que todo está mal, ¿que esperamos? Las palabras crean realidad y son pistolas cargadas. Ahí están los incendios y los encapuchados cada día mas extremos. Naturalmente la gente va a estar molesta si las autoridades dicen que está todo malo y que todo debe ser reformulado. ¿Qué esperan?
Algunos nombres a revisar y citados durante la conversación: Parra, Zurita, Jorge Millas, Kant, Žižek, Heidegger, Aristóteles, Platon, Durkheim, etc.
¿También fuiste? Sin duda fue una gran experiencia. BHP publicará un libro con esta y todas las conversaciones de Pensamiento Propio de este año, cosa que han venido haciendo en todas las versiones.
Acabo de terminar Poderoso Caballero (Daniel Matamala, 2015, Periodista), un libro que página tras página va destrozando tu capacidad de sorpresa con todos los entretelones de múltiples casos y situaciones que relacionan el dinero con la politica. La versión TL,DR: todos tienen tejado de vidrio. De a poco vas perdiendo -si es que te quedaba algo- la fe en la democracia y sus mecanismos de control, los que están todos muy bien aceitados por millones que van y vienen independiente del color político. De a poco el libro te va desfigurando la cara y se va transformando en una exposición clara de terrorismo de estado por parte de los que tienen el poder económico. Lo triste es que siempre ha sido así. El autor no escatima en referencias para contarnos cómo la historia es cíclica.
Un libro que servirá de referencia para los futuros casos que se destaparán este y los siguientes años (¿alguien lo duda?). El libro está estructurado en muchas breves cápsulas por caso que se relacionan con una gran empresa, un político o partido. Cada nota muy sabrosa. Un atinado índice por nombres al final se agradece para las referencias futuras.
Algunas frases para que se les abra el apetito y vayan por su copia:
¿Qué respeto tienen por su investidura como representantes de los ciudadanos quienes se humillan así por dinero? – Platas Von Baer y Moreria.
Entonces, ¿frente a qué poder el ministro de Hacienda se sintió tan disminuido que aceptó ir a negociar al living de la casa de un profesional sin cargo oficial, mordisqueando galletitas mientras aceptaba desarmar la primera «reforma estructural» de su gobierno? – Arenas en la cocina.
Les vamos a traer de regalo un balde de vaselina. – Bancos versus el Central.
«La colusión siempre es mala. Pero cuando el Estado colude a las empresas que compiten, estamos en el peor de los mundos. Uno espera que el Estado combata la colusión, no que la genere». Claudio Agostini sobre la Ley de Pesca.
Finalmente llegó el momento para tener mi Kindle. Este aparato anda dando vueltas por el mercado desde el 2007, pero nunca había sido tan atractivo como ahora: velocidad (al pasar de página en página), simplicidad (¡sin teclado! ¿quién lo necesita para leer?) y precio (sólo US$ 79 lo separaban de mi. ¡La primera versión llegó al mercado por US$399! ).
La llegada del Kindle [review] logró que retomara la lectura, cosa que a ratos intentaba y no prosperaba con los libros de papel. Tengo en mi backlog El Cementerio de Praga y a El Gran Diseño desde casi un año, con un par de intenciones de lectura y nada mas. Bueno, not anymore. Finalmente «cerré» El Gran Diseño, en el Kindle, claro. Bastaron los tiempos muertos del metro, y una sola mano libre (¡la otra va firmemente apoyada en alguna manilla del tren!) para tener el tiempo suficiente para leer con este aparato. Esta versión del Kindle tiene un gran diseño ;).
Pasando al libro. Si eres una de esas personas que a menudo mira el cielo, respira hondo y se hace preguntas como: ¿por qué estoy aquí? ¿por qué hay algo en vez de no haber nada? ¿existe un creador?, y además eres un amante de la curiosidad y las ciencias, este libro es para ti.
A veces se torna denso, y casi se hace necesario un cuaderno para repasar algunas ideas. En mi caso a algunas cosas mas duras no les di tanta vuelta, para quedarme con el ejemplo mas didáctico que siempre estuvo ahí. Los autores repasan rápidamente la evolución de las ideas científicas desde la antigua Grecia a la actualidad, hilvanando la lógica detrás de cómo se definió lo que debía considerarse ciencia de lo que no.
Si quieres encontrar respuestas, las tendrás. Los autores sostienen que bajo el conocimiento y las teorías actuales, todo apunta a que el hecho de que estemos aquí y ahora sólo responde a leyes físicas que podemos comprender y no a la mano de un creador divino. Sí reconocen que estamos en un universo muy particular, en donde muchas de las constantes (masa del electrón, por ejemplo) están con un fine tunnig tan exacto que parece que sí hubo alguien que se «dedicó» a establecerlas para que la vida exista tal como la conocemos. Sin embargo, todo se desmorona en el minuto en que comprendemos que nuestro universo es uno más de los miles de millones que existen. Es uno mas del montón, es el que tiene la suerte de encontrar esa configuración precisa, pero es uno más. Es una de las opciones del dado de Dios.
Qué suerte tenemos de que un genio de la talla de Stephen Hawking se dé el tiempo de bajar a la realidad mundana y compartir su conocimiento y sus ideas de manera didáctica con el resto de nosotros, que tenemos -a nivel macro, claro está- las mismas dudas que él. Sin duda recomendado.
Gracias a El Mercurio del domingo pasado me enteré de la existencia de este ensayo, escrito por uno de los autores, ni más ni menos, que de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Lo que me llamó la atención fue que ha sido considerado como el manifiesto que ha motivado a los españoles a salir a las calles, acampar y protestar por la sociedad y el destino que le estamos dando estamos aceptando.
El libro salió a la venta ayer miércoles por cerca de $5.000. Son menos de 60 páginas, en donde el autor zigzaguea entre su vida, su rebeldía en los años de la segunda guerra y sus motivaciones de lucha actuales, y en cómo hoy estamos frente a una dictadura oculta del dinero, el poder y la carrera por el «siempre mas», donde no podría estar mas de acuerdo.
La verdad, siento que este llamado siempre ha estado ahí. Hessel reúne las piezas en base a fragmentos de su historia, no natural para un falto de conocimiento sobre la historia universal como yo, sin embargo, logra generar el click. Una vez mas. ¿Cómo hacer para que este click sea constante? ¿Cómo hacer para tomar de una vez por todas el llamado a no ser indiferente y actuar? Estamos atrapados en algo que desde hace un tiempo llamo ‘el algoritmo’, una especie de predestino de la sociedad, pero que está guiado por una mano oscura. Resultó que The Matrix tenía razón: somos simples baterías de un sistema que nos consume. Estamos enfocados ciegamente en generar la Sociedad del Conocimiento y no la Sociedad de la Igualdad y la Felicidad.
El llamado es claro. Hay que tener las agallas para tomar el testigo y actuar.