Finalmente llegó el momento para tener mi Kindle. Este aparato anda dando vueltas por el mercado desde el 2007, pero nunca había sido tan atractivo como ahora: velocidad (al pasar de página en página), simplicidad (¡sin teclado! ¿quién lo necesita para leer?) y precio (sólo US$ 79 lo separaban de mi. ¡La primera versión llegó al mercado por US$399! ).
La llegada del Kindle [review] logró que retomara la lectura, cosa que a ratos intentaba y no prosperaba con los libros de papel. Tengo en mi backlog El Cementerio de Praga y a El Gran Diseño desde casi un año, con un par de intenciones de lectura y nada mas. Bueno, not anymore. Finalmente «cerré» El Gran Diseño, en el Kindle, claro. Bastaron los tiempos muertos del metro, y una sola mano libre (¡la otra va firmemente apoyada en alguna manilla del tren!) para tener el tiempo suficiente para leer con este aparato. Esta versión del Kindle tiene un gran diseño ;).
Pasando al libro. Si eres una de esas personas que a menudo mira el cielo, respira hondo y se hace preguntas como: ¿por qué estoy aquí? ¿por qué hay algo en vez de no haber nada? ¿existe un creador?, y además eres un amante de la curiosidad y las ciencias, este libro es para ti.
A veces se torna denso, y casi se hace necesario un cuaderno para repasar algunas ideas. En mi caso a algunas cosas mas duras no les di tanta vuelta, para quedarme con el ejemplo mas didáctico que siempre estuvo ahí. Los autores repasan rápidamente la evolución de las ideas científicas desde la antigua Grecia a la actualidad, hilvanando la lógica detrás de cómo se definió lo que debía considerarse ciencia de lo que no.
Si quieres encontrar respuestas, las tendrás. Los autores sostienen que bajo el conocimiento y las teorías actuales, todo apunta a que el hecho de que estemos aquí y ahora sólo responde a leyes físicas que podemos comprender y no a la mano de un creador divino. Sí reconocen que estamos en un universo muy particular, en donde muchas de las constantes (masa del electrón, por ejemplo) están con un fine tunnig tan exacto que parece que sí hubo alguien que se «dedicó» a establecerlas para que la vida exista tal como la conocemos. Sin embargo, todo se desmorona en el minuto en que comprendemos que nuestro universo es uno más de los miles de millones que existen. Es uno mas del montón, es el que tiene la suerte de encontrar esa configuración precisa, pero es uno más. Es una de las opciones del dado de Dios.
Qué suerte tenemos de que un genio de la talla de Stephen Hawking se dé el tiempo de bajar a la realidad mundana y compartir su conocimiento y sus ideas de manera didáctica con el resto de nosotros, que tenemos -a nivel macro, claro está- las mismas dudas que él. Sin duda recomendado.
Nota: 6/7
Ahora si que sigo con El Cementerio de Praga.