Chile. 27 años viviendo en democracia. 5 presidentes, uno ya fallecido y sepultado con honores de estadista. Ad portas de la elección del séptimo período presidencial el próximo domingo. ¿Y qué tenemos como candidatos? Una fauna diversa, un país con espacio para que existan visiones tan divergentes en una misma papeleta como las de Artés y Kast. Sin una democracia madura e instituciones que funcionen no podríamos llegar a darnos este lujo de candidatos.
¿Importa mucho quién será presidente? Eh, cada vez menos en mi opinión. Usted podrá estar en completo desacuerdo conmigo, aduciendo que nos encontramos en una elección clave para el futuro del país, en donde nos definiremos entre uno solidario o uno que se preocupa del éxito sin importar cómo se obtuvo. Eh. Ese argumento me suena a un discurso familiar, anacrónico y más cercano a meter miedo -algo transversal a casi todas las propuestas. Cero cercano al debate de ideas país, ideas que en esta campaña presidencial se han notado por su ausencia.
A pesar de eso, sigue importando votar. Basta sólo con mirar a los ¿arrepentidos? votantes de Trump. Y aunque la diferencia entre los candidatos se cada vez mas difusa en el sentido de que todos los que compiten mas que competir por promocionar una visión de país particular lo hacen por administrar el poder del estado y apitutarse, hay sutilezas que hacen la diferencia. Importa manifestarse. Votar nulo y blanco son opciones igual de válidas como todas.
Este domingo voy a marcar por Carolina Goic, pero quiero aclarar que es un voto por ella y no por el partido que la respalda. Su figura política me parece atractiva por un par de cosas que me son importantes: el discurso de la ética en la política, foco en la educación técnica y la descentralización. No es una candidatura que me represente 100%, pero estoy convencido de que es un nuevo aire para la política y que necesitamos mas perfiles como el de Carolina en la política local.
Soy uno de esos viudos por segunda vez. Primero Bielsa y ahora Lagos. La Nueva Mayoría y su intento de replicar con Guiller el éxito que tuvieron trayendo a Bachelet de vuelta luego de los -es verdad- impresionantes números en las encuestas, ha sido un tremendo fracaso que va a generar coletazos en los sectores progresistas al perder la elección. La DC por fuera, un PC con las riendas de La Moneda y un Frente Amplio que crece pero que tiene una prueba de supervivencia a costa de los mismos votantes van a tener que ponerse de acuerdo en 24 horas si quieren construir una propuesta decente y aglutinadora. Basta ya del argumento de ‘detener a Piñera’.
Suerte.
Imágen: Cinturón de Orión desde Pisco Elqui.